sábado, 19 de diciembre de 2009

Mi quinto piso

Desde el quinto piso se ve la esperanza y la nostalgia, los atardeceres tristes y las noches de neón. Desde el quinto piso se ve mi fantásma persiguiéndome a mi mismo, y se ve la gloria huyendo de los peatones sin destino. Desde el quinto piso pasan los días presurosos, la poesía de los locos y la amargura de los cuerdos. Cada día, pasan por la ventana como en el cine, actores de la vida improvisando historias. Yo no se quién me mandó a ser testigo en la ventana, cristal desconsolado, puerta al infinito, vendaval de personajes. ¿Cuántas veces te vi pasar sin acercarme? ¿Cuántas veces me viste allí tan indefenso, detrás del lente que vigila todo y se conforma?. Yo te quiero descifrar mientras caminas, agazapado como espía en mi escondite. Cuántas ganas de adherirme al entusiasmo de esos que deambulan como sombras, con destino a ningun lado. Yo soy es que te vio dama invisible exagerar aquel escondite frente aquel desconocido. Yo te vi extender la mano policía y llevarte a tu bolsillo la mordida. Vi al político limpiando el beso que diera a aquella indigente en la banqueta. Claro, muy claro vi pasar al culpable de mis mil noches en vela con su cara de inocente. Quinto piso del destierro, dame un ciento de papel si te es posible, para hacer la crónica del barrio, del país y de los sueños. Yo no quiero ir a otra parte. Aunque a veces compro el diario en la otra calle, y apuro algún café donde Don Pedro. siempre vuelvo a este lugar donde no hay nadie, y construyo mi país entre nostalgias, aquí vivo... con el gris de la nostalgia mientras se pueda.
Quinto piso... mi trinchera.

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